Descripción
Gua Sha facial es un masaje en rostro y cuello que se realiza con piedras talladas que se amoldan a la forma del rostro que ayuda a drenar la piel, mejorar su circulación y liberar tensión con lo que se crea un efecto rejuvenecedor.
Esta herramienta estética con 5.000 años de antigüedad tiene su origen en la medicina tradicional china como predecesor de la acupuntura y cuyo nombre se traduce como ‘raspar’. Al deslizar sobre el rostro el utensilio milenario se relajan los músculos en tensión. “Como el flujo de la linfa es más lento que el de la sangre, los sedimentos y las toxinas de la linfa pueden acumularse fácilmente y acelerar el envejecimiento cutáneo.
Esta herramienta trabaja los residuos acumulados en los numerosos vasos sanguíneos que se encuentran entre la piel y los músculos para ayudar a aumentar la vitalidad de la piel, así como aportar un efecto lifting. Estas piedras, que suelen ser principalmente de jade o de cuarzo, deben usarse sobre la piel limpia y bien hidratada.
Es decir, durante la aplicación del tratamiento, evitando que la piel esté seca, de este modo lograremos que la Gua Sha se deslice fácilmente y los movimientos tensores y reafirmantes sean mucho más efectivos. Conviene guardar la Gua Sha en la nevera “el tacto de la piedra fría es lo que mejor descongestionará tu rostro”.
Para sacar el máximo partido a la herramienta, ideal para tratar la flacidez del cuello, la mandíbula y las partes más anchas del rostro, los movimientos deben ir siempre en contra del sentido de las arrugas, intentando plancharlas hacia la parte exterior y/o superior con la ayuda de un producto untuoso. Tras la aplicación del sérum o crema preferida.
Hay que tonificar el cuello con la parte plana deslizando la Gua Sha en movimientos ascendentes. El siguiente turno es el de la mandíbula: muévela siempre de dentro hacia fuera, hasta llegar a las orejas.
Después deslízala suavemente desde las mejillas hasta tus sienes. Y termina pasando la parte ondulada por la frente también en movimientos ascendentes, detallan y advierten que después de cada uso hay que limpiar las piedras con un trapo húmedo “para evitar que se acumule producto ahí”.
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