Descripción
Descripción
Existen infinidad de especias y productos aromáticos con los que dar un toque diferente a tus platos, y una de las más exóticas –y también menos conocidas– es el haba tonka, una semilla que proviene del árbol Dipteryx odorata o Shihuahuaco y que crece en las zonas tropicales de países como Venezuela, Colombia, Perú, Brasil o Bolivia.
Además, los oligoelementos de los que está compuesta son zinc, hierro, cobre, sodio, plomo y magnesio
El haba tonka es de color negro, tiene una forma alargada de aproximadamente unos dos centímetros de largo y uno de ancho, y su superficie es rugosa. Según un estudio de la Universidad Nacional de Ucayali (Perú) una de estas semillas tiene un 88,89% de materia seca, un 19% de extracto etéreo, un 16,75% de fibra cruda y un 1,51% de proteína cruda. El aroma del haba tonka se asemeja al de la vainilla, el clavo o el regaliz.
Tiene la consideración de material de origen vegetal de base para usar exclusivamente por las industrias que producen aromas de uso en los alimentos, en concreto preparaciones aromatizantes”.
El haba tonka y la cumarina
El motivo de que esté regulado el consumo de haba tonka es uno de sus componentes: la cumarina. Se trata de un compuesto aromático natural, que se utiliza en productos cosméticos y para el hogar (perfumes, desodorantes interiores…), y también en alimentos.
La cumarina se presenta de forma natural en ciertas plantas como la canela, la judía tonka y el trébol dulce. El contenido de cumarina de estas plantas o de sus aceites esenciales es muy variable y se pueden utilizar en complementos alimenticios sin que se indique ningún límite de cumarina.
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